viernes, 24 de junio de 2011

Rito Antiguo en Arcelia



Estas imágenes pretendían tener un orden pero al subirlas entraron en el caos más perfecto. Solo trataré de describir las referencias que hace un par de horas tenía en cuanto a un relato que conformé hacia una posible secuencia. Inicio con esta bella imágen de lo que los jóvenes, niños, niñas hacen en una tierra que se dice es caótica e incierla, mi amigo y hermano Josafath dice que quién tiene en sus manos un violín o una guitarra o una tamborita, no tiene manos para otra cosa que no sea la música y la patria resurgida...


Estos otros guaches llegaron de Zirándaro, del centro las Zirandas, son también alumnos del Tecolote y ellos portan el estandarte que les da la libertad y la entrega a un mundo posible y hoy negado. Estos guaches tienen el valor de ser sencibles e imaginativos, recordar ancestros y regresar a la tierra a los antepasados: comienza asi el ritual.

Un hoyo para la tarima es parte de este ritual. Los músicos tocan esos sones que ya de por si son remembranza de personajes idos y luego la memoria nos juega jugarretas con eso de lso entierros... pero se trata de una tarima, el mejor acompañamiento en el fandango de los otros instrumentos: jarana, arpa, vihuela, tamborita...


Mientras, otros guaches se divierten quitandose el calor en el charco de los idems (sapos). El entorno ya es mágico, entonces se acerca la parte climatica.

Va al turno Elizabeth a tamborear el arpa. El tamboreo es por ahora una parte de la percusión, la otra vendrá cuando la tarima esté lista y entonces escucharemos a los vailadores desde un par de kilómetros...

Saludos de viejos amigos.


El fandango ya había arrancado en otro lugar: Martín ey Elizabeth (la Saya), entonando un viejo son.


Y ablando de viejos compadres, los brujos de Huejutla al escenario...


Ya había dicho que amo a las niñas persiguiendo pollos, pero amo más a las que tocan tamborita. Si las que persiguen pollos son seres mitológicos,la que toca la tamborita ha recreado toda una imagenería en torno a las deidades de la música y su nacimiento, su transición hacia el dominio del cosmos y la arboleda que traza los caminos de imaginación y la alegría a través de ritmos que parten desde los latidos del corazón. Mi tamborita que cargo late así...

Sigue el fandango...

Martín en su más pura escencia, sentimiento y voz, violín y más entimiento...

El rito ya había iniciado, dejenme contar con qué.


La tarima ha sido colocada, tal como los dioses de la música lo mandan. Un par de bailadores acompañan los acordes que complementan los sonidos de ese son que me hace sentir a dos corazones en mi pecho.


Los llantos del violín de Laura se hacen presentes en este rito.
Estas mujeres-sirenas-brujas llegan a emitir acordes y cantos que los marinos de varios universos han naufragado por tratar de alcanzarlas... ellas cuidan la palabra, la música y las tradiciones.  Hay de aquel que se acerque con malas intenciones!!!


Laura, Jorge Amos y Martín en un son...


Y el fandango a todo lo que da...

Dije que Bella no es solo un nombre?



Una foto de Castulo con sus hijas... pero hay más.


Amparo también le hecho su bendición al ritual....

Quién dijo que no había ritual....!!!!!! ESta bien denso, hasta chivo matamos.


La ternura de un niño que aprende dentro de la música a la vida, se trasmite como una ventisca fresca en medio de un calor de 50 grados centigrados.


Y aquí el niño del tambor, seseando crecer para seguir tocando su tambor...


Castulo con sus querencias... el rito se ha cerrado.