sábado, 3 de octubre de 2009

sueños de Oaxaca, la Mixteca baja...

Decir tierra, es decir la herencia de los hombres que la han habitado y de los que la continuán transitando. Pero no sin antes alimentarse del antiguo legado y dejar a las futuras generaciones un poco de esperanza a través de sus respuestas a este tiempo y la vida. Quienes tenemos que salir de nuestra tierra cargamos con ese legado y lo llevamos a otros lares intentando sembrarlo. En ocaciones lo logramos, en ocaciones retornamos a nuestro terruño, pero hay otras ocaciones que nos extraviamos... Pero ello no significa, como verdad moral, algo dañino. Porque el reinventarnos es también una ardua labor.

La antiguedad de esta tierra es tan vasta como el reflejo del cielo nocturno en los mares tranquilos, su reflejo es apenas un pequeño hilo de luz que muestra diversos caminos seguidos por otros hombres en la tierra. Los lazos de identidad están entretejidos de personas vivas y sus recuerdos, pero también de esperanzas.
Las casas abandonadas, su cementerio, sus parajes desolados solo se comparan a la tristesa de mi alma.

Una simple planta de maguey es símbolo y verdad de un respiro del tiempo por estas tierras oaxaqueñas, en las que sus habitantes si recordaran todo lo vivido, llenarían miles de estanterías sonoras y coloridas.

Una flor es para mi, un suspiro de la tierra...

Los hombres trabajan aun la tierra. Y digo aún porque en este tiempo de incertidumbres y falsos mensajes a muchos otros los han hecho ir muy lejos a tratar de encontrar aquello que piensan no tienen en su tierra. Cuando rregresen algún día, encontrarán que lo que tanto anhelaban siempre estubo a la mano.

"La felicidad se puede reducir a una mirada a tu entorno... y sentirte parte de él."

Los caprichos de las plantas son como la nostalgia de los humanos, buscan ir al cielo pero nunca apartan su raíz de tierra.

Y el maíz...?

Hace poco reccorrí Tlacotepec Plumas, Oaxaca. Una tierra con esa mezcla de aire seco y frío, con esa mínima humedad que las flores atrapan para llenarse de color y vida es lo que llamo arraigo desesperado al medio. Es lo que vi en los hombres y mujeres de este poblado, tejen una profunda raíz que no cortan a donde vayan, aun si salen a muchos cientos de kilómetros de esta tierra.

Transición y puente de muchos tiempos es la planta de maíz, alimento milenario de una cultura única y que se extiende hasta el mismo orígen de la civilización, porque además fue transformada por las manos humanas.

Los pocos habitantes de Tlacotepec Plumas recorren esos caminos milenarios a diario, son necios e insisten en transitar por los recuerdos de quienes partieron a las ciudades. Los ancianos guardan en su casa un cofre que abren cuando los visitan sus hijos y nietos, les regalan sus cantos y rememoran la palabra antigua, sin olvidar en que tiempo viven.

Por su parte los jóvenes, aman a su tierra y se saben poseedores de todos los sueños de los hombres y mujeres que habitaron aquí.
Gracias a mis amigos de Tlacotepec Plumas por su afecto.

1 comentario:

  1. Eres un poeta Antonio Castro, siempre que vengo acá, termino estremecida al leer tus textos.

    ¡Y cómo me gustaría que esa definición que construyes del término "Tierra" (un símbolo de una realidad, finalmente) llegará a los más jóvenes, a aquellos que -sin menospreciar el verdadero buen arte que se crea en otros lugares- viven bajo el influjo, bajo el yugo exclusivo de la contracultura estadounidense! Por supuesto, que EUA tiene sus grandes artistas, sus grandes pensadores, sus creadores excelsos. Lastimeramente, la cultura que nos llega, la que está a la mano (esa que se difunde vía MTV, SKY o Dish) no siempre es la de mejor factura. Por supuesto que, cuando digo "no siempre" quiero decir también que muchas veces uno puede ver cosas muy valiosas a través de la televisión por cable y ello incluye lo que se hace en EUA... Pero el punto es que esto que tú haces en tu blog, me parece tan hermoso, que espero que poco a poco llegue a más personas.

    ResponderEliminar