viernes, 12 de marzo de 2010

Una visita a Tampico a través de la música antigua

¿Quienes son estos hombres que se han hecho a la vida como parte de la historia reciente de una ciudad que apenas conocemos? Un poco de su pasión y arte.


Plaza la La Libertad, Tampico. Efren Arteaga, Violín

Paulino Segura, Jarana. Salvador Arteaga, Quinta huapanguera

LOS CAPORALES DEL PANUCO


En desbandada... cómo sueño que regresa en una mañana fría de febrero, las imágenes de armonía y paz llegaban a mi vida de nuevo. Pero ahora no permitiré que me abandonen porque se que puedo retenerlas. Cientos de historias me han sido contadas y no seaún cómo no había comprendido su pertenencia en mi memoria y mi espíritu viajero. Pero una imágen así me la recordó y comienzo a entender de nuevo este entorno que había hecho por razones vagas, algo distante.


Bar Galeón, antes El Comercio. Salvador Arteaga. Me ha contado de una vida en la que la música es pasión, motivo y esperanza.


Efren Arteaga, aun y que de pocas palabras, las historias merodean su visión.

En la plaza de La Libertad, en el centro de la ciudad de Tampico, podemos aún revivir la nostalgia de que algunos estamos hechos. Su corazón, como el nuestro, es fragil y se precipita sin descanso en un aleteo infinito que parece hacer despertar a los transeuntes de su oniria cotidiana.

3 comentarios:

  1. Exelentisimo, simplemente magistral post, hace años escribi.. en Tampico, nunca sale el sol, un pequeño y nostalgico poema respecto a una semana de mi vida en Ciudad Madero y la referencia conincidio entre la soledad que me hizo renunciar y el Norte que se instaló durante toda esa larga semana
    Felicidades.

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  2. Pertenecemos a una casta de malditos que succiona toda la nostalgia que fluye desde el éter y que cubre –con su inasible manto- nuestros afanes de infinito: nuestra nostalgia, la nostalgia perdida, la de otros, la inexistente, la que está en el porvenir.

    ¿Es algo en la química de mi cerebro? O ¿Por qué atesoro tanto estas fotografías que aquí nos dejas: un pasado que no conocí, pero que puedo aspirar?

    He recogido hasta las tristezas de mis ancestros, aquellos que me precedieron en lugar y tiempo… porque las risas y la alegría –vistas en lontananza- toman un aire de melancolía que hechiza a almas clase la mía o la tuya o la de todos nosotros.

    Afecto para ti,
    Eleutheria.

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  3. Antonio

    Tu pones en imágenes y palabras lo que no todos podemos decir. A veces nos quedamos extasiados ante las cosas más simples que pasan desapercibidas para la mirada de los demás pero tu las nombras y se vuelven más bellas. Ciertamente sabes descubrir la belleza y la fuerza que la realidad nos muestra .

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