jueves, 25 de febrero de 2010

Tengo que escribir este relato, porque si no, moriría de olvido.


"Cuando era adolescente, en mi pueblo natal, Zontecomatlán, llegó un destacamento de policía a vigilar. Este destacamento se componía de varios elementos y era comandado por un sujeto grande y gordo, muy cachetón y usaba lentes oscuros, era notoria su presencia.

Yo tenía un amigo que era muy agudo para describir a las personas: en seguida me hizó ver sus rasgos caracterísiticos y algunos detalles más como el grosor de sus labios y naríz. También me hizó ver su ridicula actitud de "jefe" malpuesto. Este amigo tenía además muchas habilidades y un día que caminabamos en el monte me dijo: este tronco me gusta, lo voy a cortar, ayudame.
Cortamos el árbol y le sacamos varios troncos gruesos, nos lo llevamos al pueblo y mi amigo se encerró muchos días sin decir que es lo que hacía.

En pocos días iniciaría el carnaval. Muchos saldrían con sus máscaras y mi amigo era un ferviente bailador de carnaval.
Un día antes de comenzar el cárnaval, el sabado anterior al miercoles de ceniza, me buscó y me enseñó la mascara que acababa de construir con uno de los troncos que cortamos: era la misma cara del comandante de policía: sus prominentes cachetes, su color, su nariz ancha y sus ojos desorbitados. Todo era perfecto más una pizca de ridicules, que no se exactamente en que consistía.


El domingo salió con ella puesta y bailó por el pueblo al son de un trío huasteco que tocó hasta la media noche los sones de carnaval que tanto nos gustan. El lunes afinó el disfrás: se puso un uniforme de policía, se colgó una grán pistola de madera y salió a bailar todo el día. Pero se esmeró en pasar frente a la comandancia varias veces.
Todos reconocimos que su máscara era la misma imagen del comandante cacheton y antipatico de Zontecomatlan.


El rumor entre la gente del pueblo ya no se soportaba, pues el comandante era además un tipo rudo y su antipatía no era gratuita: amenazaba, maltrataba, mutilaba, ejercía un oficio indignamente y se hacía "respetar" a través de la violencia. Y el rumor hablaba de una máscara identica a su rostro bailando en las calles y mofandose de él.

Nuestro amigo se acercó tanto que el comandante lo miró y llegó a ver su indignación y enojo en el rostro, pero nuestro amigo se fue corriendo y se mezcló entre la multitud de enmascarados que no pudieron sacarle. Se escabulló entre la niebla y lluvia.
Días despues me comentaba la divertida que se paró. La gente del pueblo lo disfrutó también mucho y el comanadante fue el único en ridículo."

De ahí, que el carnaval sea esto: un disfrás para ridiculizar a quién se siente poderoso. Un disfrás para burlarse de aquellos que cren que son más y en realidad no lo son. Un disfrás para divertirse y llevar al dieblo dentro" Este relato tan ejemplificante se lo debo a Elfego Villegas, amigo entrañable, músico y contador de historias de Zontecomatlán, Ver.

A manera de colofón: el carnaval de la huasteca está dedicado al diablo. Literalmete, entonces, el diablo anda suelto esos días previos al miercoles de ceniza. Pero ese desfogue significa una oportunidad de vida y alegría a los habitantes de la huastec alta. Nada que ver con lo que en otros lares hacen los disfrasados.

miércoles, 3 de febrero de 2010

2010 ... Un México para reconstruir



Otro árbol sobreviviente.
Un aparente campo cultivado ha arrazado con cientos de hectáreas de bosque. Aún así, no somos lo suficientemente productivos. Derrochamos y no regresamos lo que la tierra nos ha dado.


Desde 2006 la gente se manifiesta en las calles del DF y de todo el país. Las mujeres aparecen como lo han hecho otras veces, solo que ahora tienen la consigna de hacerse notar y no ser las simples "Adelitas" que acompañan a los "revolucionarios". Son protagonistas y no alardean de nada, simplemente cantan consignas y se esparcen a la historia.



Las manos son el instrumento más sencible de la humanidad. Su cuerpo es la expresión del espíritu. Mirar los torsos, los rostros, los nudos intrincados de la conciencia que se piensa a si misma racional, la ingenuidad... finalmente para el arte no existe la racionalidad.



Y del ensayo del TCUNAM
surgen imágenes de amor...




que contrastan con los temlos caidos y las naves de templos que resguardan la infamia de más de medio milenio: inquisición, quema de brujas, negación de la sexualidad, hipocresía barata. El Vaticano es uno de los paices mas ricos de este planeta, adivina quien paga esa riqueza.


Una familia se dirige al zocalo capitalino en protesta por la carestia, el desempleo, la marginación, el engaño, la difamación, la acumulación extrema de capital de unos cuantos, la venta de los bienes nacionales, la hipocresía del estado, el mal manejo de un gobierno espurio, la falcedad de los principos de gobierno. No nos dejamos engañar hace rato, las maquinas limpia conciencisa (televisa) no lo puedentodo.

Un esfuerzo común...